Hubo un tiempo en el que la ciudad de Gercheld fué un lugar seguro. Un lugar en el que reinaba la felicidad. Todo eso era cuando la ciudad seguía estando bajo la autoridad de Hugo Terchtan. Pero algo atormentó esa calma, algo maligno. Algo oscuro...
Plaza en la que en el centro se sitúa una estatua de la familia Damiese. Fue mandada a construir por petición de Walter Damiese para que fuese reconocido su poder.